miércoles, 28 de noviembre de 2012

La canción interminable


Concibe el mundo de mil maneras, su forma de ser tan inevitable le vence y pierde equilibrio.
Introduce canciones para sobrevivir y se acuesta con gente que no desea, anda con la soltura de conciliar todos los sueños menos el de una misma y ahí está como cada mañana en la puerta de la ciudad, esperando que pase lo irrepetible, fuera de los días monótonos y noches lúgubres como esta...una más.


viernes, 23 de noviembre de 2012

Diferencia entre ver y observar.




Os presento a esa minúscula ventana, asomaros.
En un principio parecerá que desde aquí se va a ver la misma calle mal asfaltada todos los días, creeréis en la eternidad de la luz de esa farola que intercede en vuestro paso de buena mañana...
Pensareis que el cartero de las 10:00 no envejece porque es buen amigo del tiempo y sabe como hacer que vuestras cartas lleguen al destino adecuado.
Desde esta ventana solo parecerá que hace frío o calor, quizás adoréis sentir esa temperatura mediterránea que hace mover lentamente las cortinas de vuestra habitación.
Veréis a la misma gente con acompañantes distintos, barras de pan de a cuarto, paraguas tristes,sonrisas muy elaboradas y llantos inigualables.
 Pero lo peor de todo es que fingiréis en que conocéis la calle que pisáis cada día, fingiréis saberos sus recovecos y los secretos que guardan, los ecos a media noche de quien sabe que. Fingiréis conocer las calles y os quedareis parados, mirando desde la ventana aún teniendo el mar a tres pasos.

<<Si os quedáis quietos, el mundo tan solo será un desconocido>>

lunes, 12 de noviembre de 2012

Siglos


En el exterior noviembre era poco interesante, las calles se nublaban, las paredes corrompían la ciudad y se llenaban de histórias a golpe de períodicos que no comentaban nada bueno.
El infinito llegaba a su fin, la hora del té pasaba deprisa y el toque de queda acababa oscureciéndoles.
Los fotógrafos escondían sus cámaras, los cámaras dejaban de grabar un segundo antes de que todo fuera destruido.
Allí estaba su silueta, observaba tras la cortina que se oponia a dejarle ver lo que sucedia allá afuera, se dió media vuelta y sus piernas landeaban, tenía miedo, miedo a las escénas, miedo a la vida, miedo a permanecer, a respirar, a la bruma que contenía la noche.
Ella contuvo la mirada en esa silueta triste, le agarró con fuerza y pasó su dedo indice por sus labios, moría por alcanzar su boca, cogió las manos que portaban tristeza y le guió hasta la pared más cercana, se pegó tanto a ella como pudo y fué desabrochando poco a poco su camisa , hasta ese último botón que se quejaba de soledad...una vez desnuda descubrió sus hombros y mordía lentamente, iba bajando hasta acelerarle el corazón arrítmico a los sonidos de la calle...
Hubo una guerra fuera de esa cortina,aún resonaba el eco de calles con asfalto calcinado, también estalló en el interior de esas paredes, estalló con esa silueta que quedó dormida tras haber sido prendida a quemarropa...Posteriormente el silencio cobró vida, nadie en las calles hablaba de ello...

sábado, 10 de noviembre de 2012

Perspectiva





Aristóteles dijo que los buenos símiles dan un "efecto de brillantez", éste trataba a la felicidad como su mejor paciente.
Si lo apliacaramos a las personas, nos daríamos cuenta de que si, también lo somos, somos copias, con objetivos parecidos, con alegrías semejantes, con tristezas aproximadas...Pero no solo cambia nuestra huella dactilar...Para conseguir todos éstos objetivos afines, sacamos algo incomparable, nuestro "yo", porque nadie observa el sol de la misma manera.